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3.11.08

Hitchhiker's Choice Tour


Hitchhikers
Oslo, Noruega, 2008

Por fin he acabado de colgar las fotos del viaje en el Flickr.
Ha sido una tarea complicada pero en la que he acabado aprendiendo acerca del mundo de la fotografía de reportaje. De hecho, he aprendido más en el momento de la selección de fotos que en la captura de las mismas. Aunque, todo sea dicho, no estuve demasiado por la labor durante el improvisado road trip.
Casi de un día para otro decidimos salir hacia el norte y me llevé conmigo la Canon EOS 400D y la Holga. Finalmente, estoy más satisfecho del resultado de las fotografías de la cámara lomográfica que no del de la digital. Esto tiene una explicación y se basa en la preparación del proceso de documentación del viaje, que fue inexistente. Es decir, que el momento de reflexión más importante en el caso de querer hacer bien cualquier cosa nunca se llevó a cabo. De ahí que no exista cohesión ni coherencia alguna en las fotos del viaje entre sí. Por eso, tan solo las fotos tomadas con la Holga guardan puntos comunes entre ellas.

Voy a tomar como ejemplo el primer reportaje que me viene ahora mismo a la mente: Errance de Raymon Depardon. Antes de comenzar este viaje errante por Estados Unidos, Depardon se impone unas reglas a seguir en todo su recorrido fotográfico. Desde el principio utilizará siempre un encuadre vertical dejando el horizonte en mitad de la fotografía. Todas las fotos son en blanco y negro y, creo recordar que todas están hechas con la misma cámara y el mismo objetivo. También diría que decide utilizar un focal muy cerrada, dado que la gran mayoría son vastos paísajes desiertos (tema recurrente de este fotografo).
Finalmente, el resultado es lo que se espera de un buen reportaje. Existe una indudable coherencia y no hay ninguna foto que parezca no pertenecer a la serie.


Es posible que esto acabe resultando aburrido o repetitivo, pero es innegable que es un trabajo bien hecho.

En realidad, un reportaje no era para nada el fin del viaje, que fue más bien una excusa para darse a la fuga. De todos modos, cuando quise mostrar las fotos me sentí pérdido. Mientras viajavamos, les pedía en el último momento a los amables conductores si les podía hacer una foto. A algunos no les hacía mucha gracia y a los que no me hacían gracia a mi, ni siquiera se lo pedí. Así que, a parte de no hacer buenas fotos, hice pocas.

Otro error fue en el positivado (en este caso digital, obviamente). Si, al menos, hubiese recortado todas a un mismo tamaño, dado una gama de colores precisa o todas en blanco y negro, la gran pifia anterior habría sido maquillada.

Al fin y al cabo, de los errores se aprende y, por suerte, este reportaje no tiene más valor que el contar una historia de un viaje por azar, sin fechas ni ruta fija y casi, sin meta.

Ópera entre el mar, el cielo y la tierra
Oslo, Noruega, 2008

1 comentario:

Joaquin Reyes Lettieri dijo...

ahora es el momento, de planear otro y hacer un reportaje como dios manda. Digo yo.
Panamarenko mola, pero mi proyecto no camina.