A menos de una semana de que salga la resolución del juicio del
Procés, sin entrar a valorar lo que creo que es justo o no, no puedo
dejar de pensar en las consecuencias que ha tenido y tendrá para
nosotros este conflicto político y mediático que ha acabado siendo
también judicial.
Cuando hablo de “nosotros”, no pienso en
territorio ni en ideología, sino en todo aquel que no tiene una cámara y
un micrófono a su disposición para decir lo que piensa y siente sobre
este tema y que debe hacerse suyo alguno de los discursos que se repiten
una y otra vez en los medios. Las posturas mediáticas son claras y
antagónicas. Y ambas dicen representar al pueblo. Algo que resulta muy
peligroso ya que lo que están haciendo realmente es dividir y enfrentar a
esa totalidad que dicen representar.
Antes de que salga la
resolución y que el debate se centre en lo que es justo o injusto (de
nuevo dos posiciones contrarias), creo que es necesario prepararse para
protegernos de esa polarización aún más extrema que la que vivimos ahora
y EXIGIR DIÁLOGO.
Remitiéndome a los hechos, en este conflicto
ambos bandos han encontrado una amenaza de la que defenderse, pero
lamentablemente NUNCA se ha dado un debate sano y real entre las partes
implicadas para buscar una solución. Cuando se resuelva el juicio, si no
exigimos responsabilidad y prudencia a nuestros políticos, ese debate
sano será aún más difícil (y más en campaña electoral).
No escribo para
posicionarme ante este conflicto. Hoy escribo para que no me obliguen a
posicionarme ante una situación que todavía tiene solución. Escribo para
exigir que HABLEN y encuentren una solución POLÍTICA, PACÍFICA y
DEMOCRÁTICA y que no usen el conflicto en beneficio de sus intereses.
Y cuando salga la resolución, lo volveré a exigir porque DIALOGAR es siempre mejor SOLUCIÓN que dividir, enfrentar y someter.