Esta ilustración empezó como un encargo para una gran marca (de esas que facturan millones). Finalmente, tras muchos meses de agonía y una organización lamentable, decidieron cancelar el proyecto y nunca verá la luz en la calle, pero me hacía ilusión enseñaros el trabajo que hay detrás.
Esto debía ser el resultado final. Tras muchas reuniones y mails con el cliente, las agencias (c14torce y Lateral Thinking), directores de arte, y después de muchas diferentes propuestas y bocetos, empieza la fase de dar forma a la propuesta final. Es la fase más vistosa y esta vez la he grabado y montado para enseñárosla en el vídeo que hay a continuación.
Todo ese proceso es como la parte invisible del iceberg: no se ve y a veces te puede hundir (en la miseria).
Todo ese proceso es como la parte invisible del iceberg: no se ve y a veces te puede hundir (en la miseria).
En este caso en particular, pese a que me pagaran el precio presupuestado (sin los extras por sus reiterados incumplimientos del calendario durante más de un año) puedo decir que perdí dinero trabajando en este proyecto. Además de muchísimo tiempo y energías, obviamente. Y ni siquiera veré el trabajo publicado.
Lo peor de todo es que esta campaña debía servir para mostrar como Seat apoya a los artistas locales. En lugar de eso se convirtió en la peor experiencia profesional que he experimentado en 7 años trabajando como ilustrador.
Pese a todo, quería compartir todo esto con vosotros.
La idea se basaba en comparar los ojos de la protagonista con los faros del coche, que dejan una estela de luz, como en las fotografías nocturnas con larga exposición. De este modo se unían los conceptos de movimiento, abrir los ojos y la marca de automóviles.
Algunos detalles de la ilustración final:
Una de las referencias visuales era la espectacular escena de la persecución en moto por las calles de Neo-Tokyo de la película Akira de Katsuhito Otomo, una de mis películas de animación preferidas.